En defensa de la democracia del crecimiento con inclusión social y de la lucha contra la corrupción

Autor(es):
Red Peruana por una Globalización con Equidad - RedGE
en alianza con diversas instituciones de la Sociedad Civil
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Millones de peruanos han expresado en la primera vuelta electoral su demanda por una mejor redistribución de los benef icios del crecimiento, por un Estado capaz de liderar el proceso de cambios para avanzar en la inclusión social y la equidad, así como por un compromiso efectivo de lucha contra la corrupción. Estamos a pocos días de la segunda vuelta y las instituciones abajo firmantes queremos hacer pública nuestra posición en un momento tan importante para el país.
 
1. Nuestra economía ha crecido a un ritmo sostenido durante casi una década. Desde la transición a la democracia, el PBI se ha triplicado y, sin embargo, el descontento social permanece porque la pobreza y la desigualdad se mantienen en niveles muy altos. Ante esto, es urgente la acción decidida del Estado y la sociedad para incorporar a los millones de peruanos excluidos que representan más de un tercio de la población. Repetir el camino del clientelismo extremo del decenio fujimorista, sin producir modificaciones en la política económica a favor de la inclusión, es una ruta de alto riesgo para el crecimiento y la estabilidad. Conviene recordar que el gobierno del presidente Valentín Paniagua encontró, al inicio de la transición, al 52% de nuestra población sumida en la pobreza, un déf icit f iscal de 2,8% del PBI y una caída en el gasto real de las familias de -8,4%.
 
2. Debemos avanzar a la modernidad y asumir, de una vez por todas, que la democracia, las instituciones fuertes y la participación ciudadana activa son condiciones para ampliar nuestro crecimiento de manera sostenible, es decir de una forma socialmente equitativa y respetuosa del ambiente. Por ello, no debemos olvidar que el fujimorismo nos dejó un Estado autoritario y sometido a intereses particulares, con las instituciones básicas destruidas, con un profundo desprecio por la vida y los derechos humanos, así como una política sistemática de subordinación rentada de los medios de comunicación al poder. Hoy estamos ante la posibilidad del retorno a la presidencia de la misma organización responsable de esos hechos y que no solo no se arrepiente, sino que señala que el de los noventa fue el mejor gobierno de nuestra historia.
 
3. El control absoluto de las instituciones es el escenario ideal para la corrupción. En los noventa se instaló un sistema corrupto desde el centro mismo del poder político, lo cual permitió la apropiación, según cifras conservadoras, de más de siete mil millones de dólares de todos los peruanos. Muchos culpables están presos y otros tantos fugados. Es un gran riesgo para el progreso de nuestro país que quienes fueron responsables de este atentado contra nuestro desarrollo y dignidad, regresen nuevamente a manejar los recursos públicos. 
 
Frente al pasado reciente de autoritarismo, corrupción y clientelismo, no cabe sino una posición clara de rechazo. Consideramos que está en juego la posibilidad de avanzar hacia el crecimiento con redistribución y hacia una profunda reforma e institucionalización del Estado, enfrentando decididamente la corrupción. Vastos sectores de la población demandan reconocimiento e inclusión. El irrestricto respeto de la democracia es el compromiso ineludible para este camino. Llamamos a reflexionar sobre el sentido y la importancia de nuestro voto, pensando en la sostenibilidad del crecimiento y en la gobernabilidad democrática del país
 
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